Los Tiranicidas
Es el primer monumento público griego, fue colocado en el ágora de Atenas. El original está perdido, sólo queda una copia romana ya que se la llevaron los persas. Representa a Harmodios, el joven imberbe, y a Aristogeiton, el barbado, que dieron muerte a un tirano entre el 476-4 a. C., los autores de este grupo son Kritios y Nesiotes, su ayudante. Las figuras tienen actitud triunfal y mantienen posturas distintas y complementarias: Harmodios está inclinado hacia atrás con las piernas abiertas y un brazo hacia arriba y hacia atrás; Aristogeiton está movido hacia delante, con las piernas también separadas pero con una de ellas inclinada y el brazo hacia delante. Las cabezas son similares a la del Efebo de Kritios y al auriga de Delfos. Aristogeiton lleva una tela en el brazo, quizá para ver el contraste entre la tela y la anatomía. También hay un contraste en las cabezas, uno imberbe y otro barbado. Ambas figuras descargan bien el peso, ya no tienen los pies fijados al suelo.
El Auriga de Delfos
Se realizó en el año 474 a.C. y no se sabe su autor, se cree que fue Pitágoras de Región. Es la única escultura conservada en bronce hueco, es el original. Es lo que queda de un monumento también público mandado por un hombre que ganó una carrera de caballos (falta el carro y los caballos). Hay quien dice que es desproporcionado porque es muy alto, pero esto es más un efecto óptico por la túnica de pliegues muy verticales que caen con una cierta regularidad, aunque al final hay entrantes, hacia el suelo. Esta verticalidad está contrastada por los pliegues de la parte superior, también verticales y diagonales pero mucho menos rígidos. En los hombros hay más pliegues. Los brazos están hacia delante, en actitud de sujetar las riendas. La cabeza se mantiene muy serena. Se conserva el relleno de los ojos y la plata de la boca. El pelo tiene rizos suaves y una diadema muy bien anudada, deja la nuca sin pelo.
Se realizó en el año 474 a.C. y no se sabe su autor, se cree que fue Pitágoras de Región. Es la única escultura conservada en bronce hueco, es el original. Es lo que queda de un monumento también público mandado por un hombre que ganó una carrera de caballos (falta el carro y los caballos). Hay quien dice que es desproporcionado porque es muy alto, pero esto es más un efecto óptico por la túnica de pliegues muy verticales que caen con una cierta regularidad, aunque al final hay entrantes, hacia el suelo. Esta verticalidad está contrastada por los pliegues de la parte superior, también verticales y diagonales pero mucho menos rígidos. En los hombros hay más pliegues. Los brazos están hacia delante, en actitud de sujetar las riendas. La cabeza se mantiene muy serena. Se conserva el relleno de los ojos y la plata de la boca. El pelo tiene rizos suaves y una diadema muy bien anudada, deja la nuca sin pelo.
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